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En la era digital, los datos son el activo más valioso de cualquier empresa. La capacidad de recopilar, analizar y utilizarlos de manera efectiva son factores claves para mantener la competitividad en el mercado global. La manufactura inteligente aprovecha esta información al integrar tecnologías avanzadas, como la Internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático, para optimizar los procesos de producción y mejorar la toma de decisiones.

Las industrias producen una enorme cantidad de datos. Parte importante del proceso de digitalización es poder incorporar dispositivos que sean capaces de utilizar toda la información generada por los distintos procesos. Sin embargo, estos datos por sí mismos no son “algo” tangible a menos que podamos visualizarlos. 

Los sistemas eléctricos industriales constituyen el pulso vital de numerosas operaciones y procesos en la actualidad. Desde la producción manufacturera hasta la infraestructura de servicios, estos sistemas alimentan y controlan una amplia gama de maquinaria y equipos esenciales para el funcionamiento eficiente de las plantas en la industria. 

A medida que las industrias evolucionan, las necesidades de los procesos de automatización y control también evolucionan para ser más eficientes y fiables, es así que los sistemas de control actuales necesitan una plataforma de E/S, las cuales son el nexo entre el sistema de control y el resto de dispositivos de campo, de alta disponibilidad y con tolerancia a fallos que maximice el rendimiento de los activos al mismo tiempo que se minimiza el tiempo de inactividad.

En el cambiante mundo industrial, la necesidad de modernización aparece a menudo y en distintos espacios. Con la tecnología avanzando a toda velocidad, las empresas se enfrentan al desafío de mantener su competitividad al día.

La transformación digital está cambiando la forma en que las empresas operan. La adopción de tecnologías como la inteligencia artificial, la automatización y la conectividad de Internet de las cosas (IoT) está impulsando la industrialización en todo el mundo. En este contexto, los switches de comunicación industrial Stratix 5200 de Allen Bradley son esenciales para lograr una comunicación eficiente y confiable entre dispositivos y sistemas, brindando capacidades de procesamiento de alto rendimiento, escalabilidad y tecnologías avanzadas de conexión.

Según la empresa de investigación de mercado Omdia, los computadores personales (PC) industriales experimentarán un crecimiento anual del 8% entre 2020 y 2025, tanto en ingresos como en unidades vendidas. Las PC industriales son valoradas por su capacidad para reducir el tiempo improductivo, en contraste con las PC de oficina. Estas computadoras están altamente estandarizadas y se pueden obtener con Windows, permitiendo la flexibilidad en su diseño y reemplazo en caso de fallas.

En el contexto de la industria, contar con tecnología actualizada es de vital importancia, ya que garantiza la eficiencia y competitividad de las operaciones. La tecnología moderna permite automatizar procesos, mejorar la precisión y la calidad de los productos, así como optimizar el uso de recursos. Además, facilita la integración de sistemas y la recopilación de datos para el análisis, lo que impulsa la toma de decisiones informadas. 

Dicen que la información es poder. En el caso de las industrias, la información es el poder de tomar mejores decisiones para potenciar la eficiencia operativa de los equipos (OEE) y contribuir al éxito y la competitividad de una empresa. El avance tecnológico pone cada vez más datos, de forma más rápida, a disposición de las personas, lo que brinda una oportunidad de mejora.

En todos los segmentos de la industria, la eficiencia y el rendimiento son clave para lograr procesos más productivos. Es por eso que los variadores de frecuencia son un equipo clave en los procesos industriales. Estos dispositivos son capaces de regular y controlar la velocidad de motores eléctricos, permitiendo ajustar la velocidad de manera precisa y optimizando así el consumo de energía de los motores, que es el de mayor impacto en el gasto total de electricidad.